Sabroso y aromático
Un magnífico legado del pastoreo alpino del ganado vacuno
El “Lustenberger 1862”, sabroso y aromático, delicado y fino, natural y auténtico, equilibrado y capaz de combinarse con todo, sólo se consigue con una leche cruda de excelente calidad, producida por vacas saludables robustecidas por su estancia estival en los pastos frescos de alta montaña y por el pastoreo alpino.
Generación tras generación, el ganado vacuno trashuma todos los veranos a las praderas de los Alpes conducido por los “sännä”. Hombres libres, trabajadores incansables, ufanos de su oficio e imbuidos de tradiciones ancestrales, estos pastores realizan largas jornadas de trabajo –acompañadas tan sólo por los sonidos de la naturaleza y los cencerros del ganado, o en algunos días contados por las melodías de una trompa alpina o un canto tirolés– y las finalizan con una suerte de rezo tradicional cantado: el “Betruf”. La cultura de las poblaciones alpinas y la producción artesanal del queso se han conservado intactas hasta la fecha, siguiendo antiguas costumbres o recetas y recurriendo solamente a los recursos ofrecidos por la naturaleza. El “Lustenberger 1862”, sabroso y aromático, todavía se sigue fabricando actualmente al estilo tradicional, con la leche de las vacas que al final del estío bajan de los Alpes hasta nuestra quesería del valle.
El “Lustenberger 1862”, sabroso y aromático, recibe toda clase de cuidados y va madurando paulatinamente en el clima húmedo de las bodegas queseras de “Lustenberger & Dürst SA” hasta alcanzar su punto de sazón óptimo, cuando nuestro olfato puede apreciar su impresionante y delicado aroma a especias y nuestro paladar puede catar el intenso sabor de su textura tierna y cremosa.