El queso ha sido el compañero de toda
mi vida
Kellermeister 03

Cuidados esmerados

Pocos días después de su fabricación, los quesos se trasladan a las bodegas familiares ubicadas junto al lago de Hünenberg, donde maduran bajo la atenta vigilancia del bodeguero Erich Albin, buen conocedor de todos los ínfimos detalles a los que es preciso atender. “El clima y los cuidados tienen que ajustarse a la perfección”, dice Albin. Por eso, todos los quesos “Lustenberger 1862” se lubrican periódicamente con una gelatina de conserva especial. Así es como se crea la corteza untuosa del queso que le permite desarrollar su sabor afrutado único y su textura tierna. Erich Albin se persona a diario en las bodegas de maduración para oler y someter a prueba los quesos. Gracias a sus vastos conocimientos teóricos y prácticos puede ajustar cada día el proceso de maduración, a fin de que todos y cada uno de los “Lustenberger 1862” tengan el sabor y el aroma requeridos.

Experto con un largo historial

Erich Albin, el experto en quesos, trabaja para “Lustenberger & Dürst SA” desde mediados del decenio de 1990. Según dice, “el queso ha sido el compañero de toda mi vida: soy hijo de quesero y me he criado con el queso”. Desde muy niño, en casa de Albin no se concebía una comida familiar sin un buen queso encima de la mesa. Esta tradición se ha conservado intacta hasta la fecha.

Cuando se hizo mayor, Erich siguió los pasos de su padre y aprendió todos los secretos del arte de fabricar el queso. Su estrecho contacto personal y profesional con el mundo del queso ha hecho de él un maestro bodeguero sumamente experto y perspicaz. Conoce a la perfección el aspecto, aroma y sabor que debe tener un “Lustenberger 1862” y supervisa todos esos elementos, ajustándose a los criterios más exigentes. Así contribuye a que usted pueda disfrutar en su hogar de un queso con sabor inigualable.

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